La gran desconocida. Párkinson antes de los 40



El párkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común después del Alzheimer. Afecta a una de cada 100 personas mayores de 60 años. Actualmente hay unos 6,3 millones de pacientes en el mundo con esta enfermedad. Y la Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que en 2040 hablaremos del doble y los enfermos de párkinson llegarán a ser más de 12 millones. El envejecimiento de la población y el aumento de la longevidad parecen las razones más lógicas para explicar este incremento ya que es una enfermedad cuya incidencia se multiplica con la edad. Sin embargo, es importante resaltar que el párkinson no sólo afecta a personas mayores, existiendo un gran número de casos de diagnóstico entre los 35 y 50 años.

El diagnóstico de Párkinson antes de los 40 años es poco habitual. Sólo es un 10% del total de los casos. El hecho de ser una minoría en el contexto de una enfermedad tan habitualmente identificada con la vejez trae consigo unas dificultades y unos retos diferentes condicionados por la edad. En muchas ocasiones, la Enfermedad de Parkinson de Inicio Temprano (EPIT) se percibe como un diagnóstico precoz cuando lo que es precoz es la manifestación de la enfermedad en toda su magnitud. Es tal la particularidad del afectado de EPIT que a veces podemos decir que hablamos de una enfermedad diferente al párkinson que tenemos en mente. Los casos de jóvenes son muy desconocidos en el ámbito social e incluso en la comunidad médica.

Un diagnóstico de párkinson entre los 30 y los 40 años de edad es un impacto brutal en la flor de la vida. Es ésta la etapa en la que presumiblemente un@ alcanza algunas metas vitales como una pareja estable, hijos o el trabajo deseado. Una enfermedad neurodegenerativa supone un deterioro neurológico a la vez que un deterioro en todos esos aspectos que conforman una vida plena. Los síntomas de la propia enfermedad van haciendo mella en las capacidades físicas y cognitivas de es@ joven, los tratamientos farmacológicos que inicia tras el diagnóstico tienen unos efectos secundarios que ponen en riesgo cualquier estabilidad mental y el día a día se inunda de preguntas que nunca te habías planteado y que te aíslan de entorno. El EPIT, según la comunidad médica, vivirá una neurodegeneración más lenta y responde mejor a los tratamientos que un enfermo mayor de 60 años. Por contra, le espera un camino más largo de convivencia con la enfermedad. Es por esta razón que resulta imprescindible que este o esta joven esté bien informado y al tanto de los tratamientos farmacológicos, terapéuticos y rehabilitadores para lograr un mejor manejo de la enfermedad.

Autora: Teresa Borque
"Me diagnosticaron Parkinson en 2011 a los 37 años. Si llego a saber antes que mi vida iba a estar marcada por este trastorno hubiera estudiado neurología. Pero he sido muy feliz ejerciendo como periodista durante más de 20 años en TVE. Ahora mi pasión y mi condena es el cerebro."

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