Move on
El párkinson es un Trastorno del Movimiento. El movimiento no es sólo una acción sino que es una función neurológica de la que dependen otros órganos y reacciones biológicas. Un enfermo de párkinson está habituado a padecer conflictos que tienen que ver con los desórdenes del sistema motor, esto es, dificultades de movilidad, poca precisión y lentitud motora, falta de motivación, desequilibrios emocionales y alteraciones de la motilidad intestinal. Todos ellos son conceptos que giran en torno a esta función que es el movimiento, cuyo ejecutor es el sistema nervioso y en cuya ejecución interviene la dopamina, el neurotransmisor cuya insuficiencia causa la Enfermedad de Parkinson.
Etimológicamente hablando, la palabra movimiento proviene del latín motus, del verbo moveo, movere, movi, motum. Es el acto y consecuencia de mover, entendiendo mover como la capacidad o habilidad de hacer que un cuerpo deje el lugar o espacio que ocupa y pase a otro estadio o estado. Nos movemos cuando hacemos que un dedo transite desde la posición A a la posición B. Nos movemos cuando andamos de un lugar a otro. Nuestro intestino se mueve para hacer la digestión. Nuestro ojo se mueve para para enfocar la vista.
Nos movemos cuando, estando tumbados, nos levantamos. Nos movemos también cuando estando tranquilos alguien acecha y sentimos miedo. A los enfermos de párkinson nos falla el sistema motor, es decir, padecemos una disfunción en la capacidad de movernos.
Continuando con la etimología, motivación proviene del latín motivus, compuesta por el verbo mover y el sufijo -ción que indica acción. Por lo tanto la falta de motivación es la incapacidad en la acción de moverse, incapacidad biológica y no la falta de voluntad o ganas que se cree normalmente. Emoción proviene también de palabra motivus, precedida por el prefijo e- que significa exterior y el sufijo -ción. Un desequilibrio en las emociones significa un desorden en la expresión de las reacciones a los estímulos. Las dificultades de movilidad o motoras son más que evidentes por su visibilidad. Pero no por ello tenemos que perder de vista la amplia concepción del movimiento.
Autora: Teresa Borque
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