Estabas ahí pero todavía no te conocía. Jesica B. L.
Siempre he sido una persona nerviosa, todo mi entorno lo sabe, por eso no le di importancia cuando los temblores aumentaron, al fin y al cabo, en ese momento estaba viviendo una situación complicada y el estrés no ayuda. Un día, saltaron las alarmas. Mi madre vino a visitarnos, yo estaba haciendo una redacción para el cole de mi hijo y ella era incapaz de leer aquella letra tan minúscula. - Hija, esto no hay quién lo entienda ¿no puedes hacer esa letra un poco más grande? *Mamá, he tardado veinte minutos en escribir cuatro frases y ni siquiera me sale una letra decente. No sé, no puedo hacerla más grande, es como si no pudiera mover el boli. Un par de días más tarde, la enfermera de una prestigiosa consulta neurológica me llamó, me citó para el día siguiente. Mientras hacía algunos tramites, me preguntó: - ¿Esa señora que te acompaña es tu madre? Estás aquí, gracias a ella. F una lista de espera de casi doscientas personas. Cuando nos llamó , sentí que tenía la necesidad de bu